viernes, 13 de mayo de 2011

OPERACION FLECHA ROTA: EL DESASTRE DE PALOMARES QUE PUDO DESATAR UNA HECATOMBE NUCLEAR.



Este incidente se ha quedado en el pasado, pero vale la pena leerlo un poco, se trata de un accidente de aviones militares que desencadenó aquella famosa operacion Flecha Rota que sirvió para rescatar unas bombas de hidrógeno que iban en uno de esos aviones.


Vamos a ver poco a poco cómo se desarrollaron esos eventos en lo que se llegaría a conocer en la historia como el incidente de Palomares.


Estamos en espacio aereo del Mar Mediterráneo, cerca de las costas de un pueblo de pescadores llamado Palomares perteneciente a la provincia de Almería, en España., la fecha es el 17 de Enero de 1966, estamos en plena guerra fría.


En ese espacio aereo se va a realizar un rutinario pero a la vez delicado procedimiento de respostaje de combustible en pleno vuelo, para eso hay en el aire una aeronave especial fabricada por la Boeing llamado KC-135 stratotanker como el de la imagen, este avion es la version militar del que entonces era el Boeing 707, sólo que en lugar de pasajeros lleva a una tripulacion especializada, consistente en pilotos, operadores de reabastecimiento de combustible en pleno vuelo y muchos, pero muchos litros de ese combustible que van en compartimientos especiales, parecería sencillo pero es realmente peligroso lo que hacen, pues reabastecer a una aeronave en pleno vuelo requiere precisión quirúrgica, un error y todos vuelan en pedazos.


La labor de reabastecimiento se lleva a cabo igualando las velocidades de ambas aeronaves, la del KC-135 y la que va a tomar combustible, esta última queda detrás y debajo del abastecedor, y debe quedarse quieto lo más posible, entonces del stratotanker sale una especie de tubo conocido como boom, ese tubo debe encajar a la perfeccion en una embocadura que tienen todas las aeronaves que pueden repostar en vuelo, una vez conectado ese tubo se vierte el combustible necesario hasta que se llenan sus depósitos y luego ambas aeronaves se separan con el mismo cuidado con el que se acoplaron.


Bueno, ese KC-135 del que hablamos y que tenia por número de serie en la Fuerza Aerea de los Estados Unidos el 61-0273 estaba tripulado por el piloto principal mayor Emil J. Chapla, con él iba de copiloto el capitán Paul R. Lane, el navegante capitán Leo E. Simmons y atrás en operacion del boom de combustible estaba el sargento Lloyd Potolicchio, todos ellos habían despegado de la base aerea de Morón, en España y operada por los Estados Unidos que a la vez la comparte con el Ejército del Aire de España.


Todos ellos estaban en posición de espera para la llegada de un gigante de ocho motores, el eterno B-52 (imagen izquierda).


Este B-52 en especial tenia por número de serie militar el 58-0256 y había despegado en el otro lado del Atlántico, en la base aerea de Seymour Johnson en Carolina del Norte, llevaba a bordo 4 bombas tipo B28RI de hidrógeno entre otros tipos de bombas convencionales, esas bombas de higrógeno eran un elemento de disuación en caso de que se llegase a desatar la guerra nuclear, era aquél un juego de ajedréz muy peligroso el que jugaban los Estados Unidos y la URSS en aquellos años, el B-52 estaba de patrulla en las inmediaciones de la URSS y sus países satélites y se regresaría a territorio americano si las cosas salían bien, pero para esto debía repostar en vuelo.


Así que fueron al encuentro del KC-135, la tripulacion del B-52 era la siguiente, el piloto era el mayor Larry G. Messinger, el copiloto era el teniente Michael J. Rooney, el radarista y navegante era el capitan Ivens Buchanan, como comandante iba el capitán Charles F. Wendorf quien tambien piloteaba la aeronave, el navegante era el teniente primero Steven G. Montanus, el oficial de guerra electronica era el teniente primero George J. Glessner y el técnico en artillería el sargento Ronald P. Snyder, los siete hombres ee afianzaron en sus lugares porque sabían que lo que venía a continuación era muy, pero muy delicado, nada tenía que fallar.


¿O acaso sí tenia que fallar algo ese día?...


El monstruoso B-52 se acerca poco a poco detrás y debajo del KC-135 para conectarse al boom de combustible, y desde el avion cisterna el operador del boom el sargento Potolicchio observaba los movimientos que el B-52 hacía para acoplarse y recibir combustible, y según el piloto del B-52 el mayor Messinger no parecía que algo sucediera aunque reconoció que el acercamiento se llevaba con cierta rapidez, cuando eso pasa el operador del boom tiene que indicar que se rompa la formación y vuelta a empezar, pero en este caso el sargento Potolicchio desde el tanquero no dijo absolutamente nada, el acercamiento seguía su curso, y entonces...


Contacto, el B-52 sobrepasó la conexión entre su embocadura y el boom, éste golpeó la parte superior del fuselaje del bombardero y luego partió un larguero del ala izquierda, esto produce una llamarada que se propagó por medio del boom a los depósitos del KC-135 ocasionando una explosion catastrófica que literalmente reventó al tanquero volador con efecto devastador, todos a bordo de ese avion murieron y la bola de fuego alcanzó al B-52.


El bombardero se vio envuelto en esa bola de fuego incontrolable que hizo que perdiera estabilidad y aunado a los daños que el boom le causó en el larguero del ala izquierda empezó a caer en picada, en cabina de mandos los tripulantes en medio de la desesperacion por salir de allí con vida activaron los mecanismos de eyección con que el B-52 contaba, pero algo salió mal, solo cuatro salieron expulsados: el mayor Messinger, el capitan y comandante del avion Wendorf, el copiloto teniente Rooney y el radarista capitan Buchanan, un quinto hombre logró eyectarse, era el navegante teniente Montanus pero su paracaídas no se abrió y murió al caer, el teniente Glessner y el artillero sargento Snyder se hallaban en la parte en que el boom era desplegado, al incendiarse hizo explosión y ambos murieron volatilizados.


Allá abajo, en Palomares, tanto en mar como en tierra los azorados lugareños escucharon lo que pareció ser la ira de Dios manifestarse desde el cielo, levantaron la vista... y vieron la formidable explosion y a un avion caer, tambien vieron paracaídas flotar, uno pegó en tierra, era el capitan Buchanan, estaba muy quemado y aún atado a su asiento, pero estaba vivo, los lugareños lo recogieron y como pudieron lo desembarazaron de su asiento para llevarlo a toda prisa al hospital locál.


En el mar los otros tres hombres cayeron y allí estaban flotando a la espera de alguien que los rescate, un barco pesquero llamado Dorita llegó al sitio en donde flotaban el teniente Rooney y el capitan Wendorf, los pescadores los sacaron del agua, entre tanto el mayor Messinger fué rescatado por otro pesquero llamado Agustín y Rosa, los tres fueron llevados a un hospital en la cercana población de Águilas.


Pero habían otros paracaídas que pegaron en tierra... que no tenían hombres, eran tres de esas bombas de hidrógeno, una cuarta bomba cayó al mar, los pobladores de Palomares no tenían idea de que pronto el mundo entero hablaría de ellos durante mucho pero mucho tiempo, y no precisamente en buenos términos, se habían convertido involuntariamente en parte de la guerra fría.


En Estados Unidos los altos jefes militares sabían que ese incidente era de lo más inoportuno, pues estaban literalmente a las puertas de la URSS y los soviéticos no tardarían en pedir explicaciones, así que decretaron un código para hasta ese momento improbable caso de que tuviera necesidad de utilizar, el código flecha rota (broken arrow code), tenían que recuperar esas bombas.


Un personaje del lugar se hizo famoso, era un pescador, Francisco Simó Orts, se había levantado como siempre antes del alba para ir a pescar, yá de mañana (eran las 10:30 hora local cuando sucedió la tragedia) él escuchó el retumbo de la explosion y luego cerca de donde estaba vió caer un paracaídas, creyó que se trataba de un hombre y lo levantó, pero no vió nada, regresó al pueblo y contó lo sucedido, pronto todos sabían de ese paracaídas que Francisco vió... pero ni los pobladores ni Francisco mismo sabían de la importancia capital de esa ubicación de la cuarta bomba.


Pronto el pueblito de Palomares quedó literalmente sitiado por militares tanto de España como de los Estados Unidos y en algo así como 24 horas hallaron a tres de esas bombas con las espoletas aún en su sitio, señál de que no había fuga de radioactividad, o al menos eso creían, pero faltaba una, ¿en dónde estaba?.


Para buscarla se utilizaron aviones especiales de la RAF (Royal Air Force o Real Fuerza Aerea de Inglaterra) para que tomaran fotos del sitio en que se presumía podría estar la bomba faltante, y mientras tanto el rumor de que uno en el pueblo sabía en dónde había caído llegó a oídos de los norteamericanos, buscaron a Francisco Simó y literalmente lo acribillaron a preguntas sobre lo que vió ese día, por él se supo que la bomba estaba en un sitio a algo así como 8 kilómetros de la costa, a partir de allí las cosas quedaron en manos de los especialistas estadounidenses que prácticamente llenaron las costas de Palomares con barcos tanto de rastreo como de vigilancia, pues de los soviéticos se temía que ellos igual buscaran esa bomba, y a Francisco ese interrogatorio le cambió la vida, todos en el pueblo lo conocieron a partir de entonces como "Paco, el de la bomba".


Bueno, la primera bomba localizada en tierra estaba intacta, pero las otras dos tenían fuga de radioactividad, pues aunque nó detonaron propiamente las bombas convencionales que cayeron cerca sí explotaron e hicieron que las otras dos bombas de hidrógeno tuvieran fugas radioactivas que afectaron los cultivos de los lugareños, esto causó en los pobladores una honda preocupación y desde luego una serie de protestas contra los estadounidenses sobre el peligro al que los acababan de exponer, en los siguientes meses arreciaron las protestas al grado tál que a los especialistas en descontaminación los estaban poniendo nerviosos tanto manifestante protestando, y el 8 de Marzo el embajador de Estados Unidos ante España Angier Biddle Duke (cuarto de izquierda a derecha) y el ministro de turismo español Manuel Fraga (segundo de izquierda a derecha) para aplacar esos temores y dar confianza en que la descontaminacion era un éxito se metieron a nadar al mar cercano a Palomares, tambien se dice que comieron alimentos preparados con tomates del lugar para demostrar que todo estaba bajo control, que no había nada que temer.


Pero aún no hallaban la última bomba, y no la hallarían sino hasta el 7 de Abril cuando por fín la izaron a bordo de un barco de rescate estadounidense tras haber explorado palmo a palmo el fondo irregular de Mar Mediterráneo, mientras en tierra los expertos para calmar a la poblacion se llevaban tonelada tras tonelada (unas 1400 de ellas) de tierra de Palomares que se presumía estaba contaminada con radioactividad para envasarla en contenedores especiales y llevarla a Estados Unidos a una instalación conocida como Savannah River Site ubicada a orillas del rio Savannah, en Carolina del Sur, allí sería almacenada.


Y bueno, tras estos meses intensos las cosas en Palomares deberían quedar en calma... pero al parecer no es así, a varios lustros de ese grave incidente se sabe de ciertos estudios que se han llevado a cabo en el suelo de Palomares con regularidad y se ha descubierto que aún persiste radioactividad en la zona de la caída de esas bombas de hidrógeno, los caracoles terrestres han sido objeto de estudios exhaustivos y presentan niveles anormales de radioactividad, al igual que otras especies del lugar, y resulta que los componentes radioactivos de esas bombas tienen una vida de hasta 24000 años, así que hoy por hoy Palomares es la comunidad española más radioactiva y en constante estudio.


Pero los pobladores no quieren yá saber nada de eso, están cansados de todo lo que esa tragedia implicó (y aún implica) en sus vidas, tratan de vivir lo mejor que pueden, y solo existe una cosa que conmemora ese fatal día en los cielos de ese pueblo, es una calle que lleva este sencillo nombre: 17 de Enero de 1966.








Fuentes:

---Wikipedia, La Enciclopedia Libre versiones en español e ingles.

---Taringa!.

---Gagomilitaria.








Imagenes:

---Un KC-135 y un B-52 acoplados en labor de repostaje en pleno vuelo, Avion KC-135 con motores actualizados, vista del operador del "boom" de KC-135, panorámica de la tierra contaminada de Palomares en contenedores, tomados de Wikipedia, La Enciclopedia Libre version en ingles.

---Avion B-52 similar al siniestrado, tomado de Taringa!.

---Lámina de cómo se dieron los hechos, el ministro de turismo español Manuel Fraga y el embajador norteamericano Angier Biddle Duke en el célebre baño en el mar de Palomares, tomados de Gagomilitaria.








Video:

---Dos fragmentos del programa Cuarto Milenio emitido por la cadena española Canal Cuatro en el marco del 40 aniversario de la caída de esas bombas, tomados de Youtube.com






1 comentario:

  1. Las bombas 2 y 3, como consecuencia del impacto con el suelo y de la explosión convencional (similar al plástico C4) de la fase primaria de la Mk28, se produjo la fragmentación seguida de la oxidación del uranio y el plutonio que constituían el material fisionable y se diseminó buena parte de los 9 kg del mismo en forma de óxidos de plutonio, uranio y americio, fundamentalmente

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