La aeronave siniestrada (Aviation Safety Network.) |
Otra aeronave que se consume por el fuego.
Y otra vez por un descuido humano, veamos qué le pasó a esta estupenda aeronave, un DC-10-40, que terminó sus días de mal modo.
Estamos en el aeropuerto internacional Chicago-O'Hare, que sirve a la ciudad de Chicago, en el estado de Illinois, Estados Unidos, la fecha es el 10 de agosto de 1986, ha llegado una aeronave de la que se construyeron muy pocas.
Es un McDonnell Douglas DC-10, pero no es cualquier Dc-10, es uno de serie 40, del que se construyeron 42 aeronaves de esta clase y solo dos aerolíneas los poseyeron, la Japan Airlines y la Northwest Orient Airlines, con el tiempo esas aeronaves se fueron descontinuando, y una de ellas fue a parar en una aerolínea estadounidense.
Este DC-10-40 del que les hablo ahora pertenece a una aerolínea low cost llamada American Trans Air, empresa que quebró en 2007 y que tuvo destinos a México, Hawai, Africa, Sudamérica, y servicios charter a las fuerzas armadas norteamericanas.
Su matrícula es la N184AT, acaba de llegar de un vuelo con número 131 procedente del aeropuerto internacional de Honolulú, en Hawai, con escala en el aeropuerto internacional de Los Ángeles, en California, era un vuelo charter, no se tienen datos de quiénes tripulaban.
El aparato ya ha sido desalojado de pasajeros y tripulantes, se le está recargando combustible, pues ese mismo día hará otro vuelo hacia Montego Bay, en Jamaica, por eso ahora hay personal del servicio de catering, de limpieza y de una empresa subcontratada.
En el interior de la sección de pasajeros suben uno de esos técnicos subcontratados, su trabajo es verificar el estado de los asientos para ver cuántos de ellos pueden seguir siendo usados y cuales no, uno de esos técnicos empieza a revisar y mover asientos, al mismo tiempo movió un generador de oxígeno para casos de emergencia, pero lo hace con descuido, mueve ese generador por la manguera, el seguro de activación se rompe, el generador se dispara y...
El generador alcanza temperatura de hasta los 430° gracias a la reacción química para generar oxígeno, el oxígeno inflamado alcanza varios asientos y los incendia al instante, como esos asientos están hechos de materiales sintéticos se crea una conflagración mayor, todos quienes estaban a bordo huyen.
Los daños saltan a la vista (Aviation Safety Network). |
Servicios de bomberos del aeropuerto acuden a sofocar las llamas, pero el incendio es intenso, literalmente se come todo el fuselaje, la batalla es intensa, se logra apagar el fuego... pero para la aeronave es demasiado tarde.
Otro aspecto del avión dañado (www.airliners.net). |
Las autoridades del aeropuerto llaman a la policía, a la FAA y a la NTSB, en las investigaciones se logra saber que el empleado subcontratado no tenía experiencia en el manejo de generadores de oxígeno, de modo que ponerlo a manejar dispositivos peligrosos sin el debido conocimiento de qué es y cómo debía ser tratado se consideró como algo negligente.
No se tienen datos que mencionen si hubo alguna sanción por parte de las autoridades hacia la empresa subcontratada que manejó de forma negligente la revisión de esa aeronave, que, dicho sea de paso, quedó en plano de written off, o sea, definitivamente dada de baja, por los graves daños que acusó tras el incendio.
Lástima, era una bella aeronave, y de las que solo se hicieron pocas...
Fuentes:
---Wikipedia en inglés.
---Aviation Safety Network.
---Airliners.net
---Chicago Tribune.
Si Mc Donnell Douglas no hubiera desaparecido, a lo mejor tendríamos hoy una evolución del MD-11 compitiendo con el 787 Dreamliner y el A350. Y se mantendría viva la esencia del inolvidable DC-10.
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