Cuando un piloto encuentra condiciones climatológicas adversas en los momentos críticos de un vuelo, sea despegue o aterrizaje, siempre debe aplicarse doblemente a fondo, ya que en sus manos lleva las vidas de sus pasajeros y tripulantes y sus acciones pueden hacer una diferencia entre la vida y la muerte.
Los aeropuertos tambien juegan un papel importante en estos casos, ya que siempre deben velar por la vida de los viajeros que llegan a sus instalaciones en caso de que ocurra una emergencia.
Lo siguiente que verán es de como un aterrizaje de rutina se convirtió en un casi desastre, este es el caso del vuelo 226A de Britannia Airways.
Es la noche del 14 de Septiembre de 1999, estamos en el Aeropuerto de Girona, en España, y están cayendo tormentas de la temporada, haciendo maniobras de aproximación final y aterrizaje se encuentra un Boeing 757-204 de la compañía Britannia Airways (que en ese tiempo eran la mayor aerolinea charter del Reino Unido) con matricula G-BYAG y está realizando el vuelo 226A procedente del Aeropuerto de Cardiff, ubicado en Cardiff, Gales, a bordo se encuentran 236 pasajeros y 9 tripulantes, de los cuales 7 eran azafatas y el resto, la dotación normal de piloto y co-piloto de los cuales pasan por desconocidos, todo lo relativo a las rutinas de aterrizaje ya se ha llevado a cabo y es sólo cuestión de tiempo para que el gran jet se pose en pistas.
El capitán llama a la torre de control de Girona para pedir autorización para aterrizar allí, la cual es concedida, los pasajeros y la tripulación están listos para el aterrizaje y para las 21:47 hora locál el aparato se aproxima a la pista principal, todo lucía bien y....
Contacto, el Boeing 757 aterriza de forma dura en la pista, causando daños en el tren de aterrizaje de la nariz del avión e sus soportes, los pilotos recuperan la nave para volver a aterrizar pero vuelven a aporrear en la pista, causando más daños en los sistemas de la aeronave, produciéndose como consecuencia la perdida de energía en la cabina, interferencia de los controles y un aumento inusual de potencia a los motores Rolls Royce RB211.
Los pilotos tratan desesperadamente de controlar la situación, pero el avión se desestabiliza y se sale de la pista del aeropuerto, solo para caer en un campo abierto que estaba 1,900 metros de su segundo punto de aterrizaje y romperse en 3 grandes partes.
En la torre de control, el controlador encargado del trafico de ese día se dio cuenta de que algo estaba mal con el vuelo 226A, y miró de nuevo el radar y se da cuenta de que la señal de la aeronave desapareció de golpe, trata de comunicarse con el avión pero no recibe respuesta, al ver que la situación empeoraba por fin el controlador activa la alarma de emergencia, sin embargo éste no se activa.
Mientras tanto en el avión, la situación era de completo caos, ya que temían que el avión iba a incendiarse y querían salir de inmediato, se abrieron las puertas y se activaron todos los toboganes, sin embargo 3 de esas puertas quedaron inutilizadas a causa del impacto (a pesar de que no era problema ya que el avión estaba apostado en tierra), tras la evacuación, los pasajeros se extrañan que no estén los grupos de emergencia para atender la situación, y uno de ellos se ofrece para caminar hacia la terminal para buscar ayuda (cosa que al final sucedió), esto habría de generar polémica
Tras unos minutos, los bomberos llegaron y lanzaron espuma retardante en previsión de incendio, otros más ayudaban a sacar a los pasajeros, al final de la jornada (la cual dura casi dos horas), todas las 245 personas habían sobrevivido de milagro a la terrible experiencia, pero 44 personas quedaron heridas a causa del impacto, dos de ellas de gravedad y a las finales, una de ellas fue admitida en el hospital con aparentes heridas menores en su cuerpo y dada de alta al día siguiente, pero 5 días después, fallece por serias heridas internas que no se le fueron detectadas durante su internación.
Cuando llegaron las autoridades aeronáuticas de España, la CIAIAC, junto con la NTSB de Estados Unidos (el aparato era de fabricación estadounidense), la AAIB del Reino Unido y representantes de la aerolínea pusieron manos a la obra para buscar las causas del accidente.
Mientras que las grabadoras de datos y de voz de cabina del 757 son examinadas y analizadas los investigadores indagan exhaustivamente a las personas que estuvieron involucradas en el incidente y hallan algo revelador.
Antes del accidente y mientras el vuelo 226A estaba en la fase de aproximación final, los pilotos de otros vuelos que iban a Girona les avisaron a los pilotos del infortunado vuelo que las condiciones climáticas en Girona no estaban en sus mejores momentos y que era preferiblemente desviarse a la ciudad de Barcelona hasta que las condiciones mejoraran.
Esta era la segunda opción del vuelo 226A, sin embargo, los pilotos decidieron continuar la ruta que habían planeado, esto fue un terrible error de apreciación, y entonces viene la pregunta: ¿acaso no podian haber seguido el ejemplo de los otros pilotos de desviarse de su ruta por seguridad?, tal vez se sentian yá cerca de su destino y sólo tenian que aguantar un poco de mal tiempo, o eso era lo que creian.
Inicialmente, los pilotos inciaron el procedimiento de aterrizaje en la pista 02 del aeropuerto mediante instrumentación VOR/DME, pero al tener contacto visual, se percataron de que no estaban debidamente alineados con la pista y como consecuencia, terminaron haciendo una aproximación fallida, tras esto, los pilotos optaron por usar la pista 20 (que en ese entonces tenía el viento a su favor) y comenzaron el proceso de aterrizaje, pero esta vez, con el sistema ILS o Sistema de Aterrizaje por Instrumentos, el procedimiento funciona, ya que el avión empezó a descender por debajo de las nubes y tuvo contacto visual con la pista a 500 pies (150 metros) del suelo.
Los investigadores investigan más a fondo y descubren que cuando el pesado jet se disponía a aterrizar, las luces de la pista fallaron durante pocos segundos, ya que la lluvia torrencial que caía en ese momento produjo afectaciones en el sistema eléctrico del aeropuerto, dejando asi a los pilotos completamente ciegos y sin posibilidades de hacer algo para evitar el desafortunado final que les esperaba.
Los investigadores también investigan del porque los equipos de emergencia habían tardado más de lo normal en llegar al lugar del accidente y descubren que por el mal funcionamiento de la campana de emergencia (a causa de la interrupción inminente del flujo eléctrico por la tormenta) y de varios malentendidos, los bomberos no fueron avisados de la situación hasta que recibieron una llamada anónima de que el 757 se había estrellado en un campo cercano al aeródromo y encontraron al pasajero del vuelo en los predios pidiendo ayuda, esto pudo ser interpretado como incidente desafortunado a causa de la tormenta que caía y que provocaba flujos erráticos de energía electrica.
A consecuencia de eso, los bomberos tardaron 18 minutos en encontrar el fuselaje fracturado del 757, 14 minutos más en tratar de obtener un acceso al área del accidente y lo más revelador del caso: tardaron más de una hora en hacer el traslado de los pasajeros hacia la terminal principal del aeropuerto, en total, todas estas demoras sumaron 102 minutos, mucho más de lo reglamentado en los rescates que involucran incidentes aeronáuticos, así que los investigadores tenían muchas pistas clave para hacer las respectivas investigaciones y deslindar responsabilidades a los implicados en el accidente, todo esto tomó meses de investigación.
La CIAIAC dió su veredicto final: la causa del accidente fue causado por un error del piloto por no escuchar las advertencias del GPWS (Ground Proximity Warning System o Sistema de Advertencia de Proximidad a Tierra) y por tomar la decisión de aterrizar en Girona pese a las adversas condiciones climaticas, esa fue la primera causa, pero lo que siguió fue lapidario, casi todo el resto de la culpa recayó a las autoridades aeroportuarias del Aeropuerto de Girona por su forma de actuar, ya que los servicios de emergencia tardaron más de una hora en atender la emergencia, violando así varias reglas de aviación moderna en términos de seguridad, se hicieron recomendaciones a Britannia Airways, en que incluían añadir más personal profesional para el entrenamiento de pilotos en casos de efectuar un go-around en una altitud minima que pone en riesgo al avión y entregar más informes actualizados sobre el tiempo meteorológico en el aeropuerto de llegada del avión.
Britannia Airways salió mal parada tras este accidente, pero se pudieron recuperar y siguieron volando hasta el 2005, pero bajo el nombre de Thomsonfly (ya que la aerolínea quedo registrada en el TUI Travel PLC, el cual es la compañía chárter más grande de Europa). Sin embargo, con la fusión de First Choice Airways en el 2008, actualmente opera bajo el nombre de Thomson Airways.
Investigación y colaboración especial de Rubén D.L Hurley.
Fuentes:
--- Aviation Safety Network
--- WIkipedia, La Enciclopedia Libre en su version en ingles.
---airfleets.es
Imagenes:
--- Avión Boeing 757-204 de Britannia Airways matrícula C-BYAG siniestrado, aspecto de los daños sufridos al avión después del accidente, detalle de los restos de los motores y vista aérea del sitio del accidente, tomados de www.airliners.net
Este accidente me tenía muy confundido porque no entendía como ocurrió, ahora ya entendí que fue lo que sucedió.
ResponderEliminaroye sube los vuelos 202, 214, 217 y 759 de Pan Am
ResponderEliminarQue verguenza el aeropuerto GENERADORES CARAJO es un aeropuerto no puede fallar la energia electrica!!
ResponderEliminarTus palabras son muy fuertes pero estas más que en lo cierto, un aeropuerto siempre debe operar a más el 100% en cuanto a las ayudas para las operaciones en todo momento, equipos de emergencia funcionales y adecuados al área de trabajo y por parte de una aerolínea implementar más a fondo la información específica del clima y un CRM que imagino no se aplico entre pilotos así como obedecer las advertencias de otros vuelos y del CTA.
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